Las lagunas cristalinas tienen un valor único, porque potencian zonas urbanas y turísticas de países y culturas diversas, desarrollando puntos de encuentro medioambientalmente amigables. Eso explica el éxito indiscutido de la Crystal Lagoons, que sigue expandiéndose a nivel mundial marcando un año récord con proyectos desarrollados bajo el exitoso modelo Public Access Lagoons™.
Solo durante 2022, Crystal Lagoons ingresó a más de 15 nuevos mercados con los desarrollos PAL™, totalizando 810 proyectos de este tipo en distintas etapas. Además, cerró mega acuerdos comerciales en países como Japón, Australia, Islas Polinésicas, Camboya y Arabia Saudita. Hace unos meses, concretó una operación significativa en India, Israel, Palestina, Hungría, República Checa, Rumania, Polonia, Ghana, Nigeria, Filipinas, Luanda, Ucrania, Guyana y está próxima a entrar a Senegal y Bahamas.
Los mega acuerdos para los mercados de Japón y Oceanía, son con el Fondo de Inversión Australiano Vibranium Capital Partners, que involucran 56 complejos en ambas zonas geográficas. En Japón serán 30 proyectos PAL™ en diversas ciudades, proyectándose un flujo intensivo de público por la valoración propia de la cultura nipona de la infraestructura y parques urbanos y a su vez representa un significativo reconocimiento tecnológico mundial a la propiedad intelectual de Crystal Lagoons. Por su parte, la conquista de Oceanía, abarcará Australia, Nueva Zelanda e islas de la Polinesia, además de Camboya con 26 desarrollos de acceso público.
El contrato suscrito en Arabia Saudita es otra noticia de alto valor comercial porque se trata de 20 complejos de alto lujo. La familia real Al Saud, a través de su conglomerado A’amal Group, será el partner de Crystal Lagoons en el país más grande de Medio Oriente, partiendo por las ciudades de Riad y Yeda.
El caso de India constituye un hito especial para la multinacional. Además de ser el ingreso al segundo país más poblado del mundo, también es el contrato más grande de su historia. Serán 100 proyectos PAL™ e inmobiliarios que llevarán la vida idílica de playa a ciudades costeras y mediterráneas como Nueva Deli, Mumbai, Bangalore, Calcuta, Goa, Hosur, Chennai, Hyderabad, entre otras.
Icónico es el ingreso a Israel y Palestina. En ambos estados, y sólo con semanas de diferencia, Crystal Lagoons concretó mega acuerdos para llevar sus lagunas cristalinas, evidenciando el atractivo y sustentabilidad de esta tecnología en ciudades mediterráneas y áridas. Jericó, la ciudad más antigua del mundo, será la primera en recibir un proyecto de acceso público en Palestina, mientras que Tel Aviv, Haifa, Rishon LeZion, Netanya y Petah Tikva son ciudades en que se emplazarán los desarrollos en Israel.
En Estados Unidos, la principal operación de Crystal Lagoons en el mundo con más de 260 proyectos en distintas etapas, también se han concretado nuevos acuerdos en Carolina del Sur y del Norte (12 desarrollos PAL™). El mercado ya registra una fuerte presencia de Crystal Lagoons en los estados de Florida, Georgia, Texas, Utah, Alabama, Tennessee y Mississippi, entre otros, muchos de los cuales son con desarrolladores que replican el modelo con nuevos contratos y áreas geográficas.
A nivel global, mega acuerdos comerciales destacados han sido suscritos previamente en Corea (30 complejos), Pakistán (15 proyectos), Colombia (13 desarrollos), Costa Rica y Guatemala (11 complejos), Ciudades Históricas de Europa (7 proyectos).
Los complejos PAL™ permiten el acceso a una laguna cristalina apta para baño y deportes náuticos playas de arenas blancas a cualquier persona a través del pago de un ticket, entregando la experiencia de paraíso tropical en medio de la ciudad. Adicionalmente, alrededor de la laguna, cuentan con espacios para ferias, lanzamientos, food-halls, matrimonios, hoteles, tiendas, restaurantes, conciertos en múltiples escenarios, terrazas, domos y anfiteatros.
Los proyectos PAL™ han sido reconocidos con diversos premios internacionales por la contribución sustentable de la tecnología de Crystal Lagoons®, pues permiten reducir en más de 40% de la huella de carbono (14 millones de toneladas de CO2 al año), al disminuir en alrededor de 50% los viajes a destinos costeros.
