Con presencia en los cinco continentes, Crystal Lagoons ha sido premiada mundialmente por el valor sustentable y transformador de las ciudades de su tecnología, que busca integrar calidad de vida y cuidado del medioambiente. Hoy, la compañía posee más de 2.630 patentes en 190 países.
Razones para este éxito hay muchas. Los desarrollos PAL™ contribuyen a la disminución del transporte hacia destinos costeros y playas naturales que, a nivel global, totaliza alrededor de 35 millones de toneladas de CO2 al año, principalmente por viajes en automóvil y avión. En lo urbano, las Public Access Lagoons™ destacan por lo disruptivo que es llevar la vida de playa a las ciudades, tal como ocurrió hace 200 años en Inglaterra, cuando se introdujo un trozo del bosque a Londres y se crearon los parques urbanos.
Esta tecnología pionera desarrollada por Fernando Fischmann, bioquímico y fundador de Crystal Lagoons, permite construir y mantener lagunas cristalinas de tamaños ilimitados a muy bajo costo, al tener un bajo consumo de agua y utilizar una cantidad mínima de aditivos y energía. En efecto, utilizan 30 veces menos agua que un campo de golf y un 50% menos de agua que un parque del mismo tamaño. El sistema de pulsos de desinfección permite usar hasta 100 veces menos químicos que las tecnologías convencionales de tratamiento de piscinas o agua potable, mientras que el sistema de filtración por ultrasonido hace que las lagunas utilicen sólo el 2% de la energía de los sistemas convencionales de filtración de piscinas.
Otra característica es que, sin importar el tamaño de estos cuerpos de agua, las lagunas sólo se llenan una vez y luego operan en un circuito cerrado. Captan el agua en los meses lluviosos, compensando la pérdida natural por evaporación y en los meses secos, el consumo es sólo para compensar dicha evaporación. Adicionalmente, las lagunas cristalinas pueden funcionar en base a agua de mar, agua dulce o salobre, dependiendo de su disponibilidad.
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